viernes, 5 de diciembre de 2014

AQUÍ YACEN LOS MUERTOS/DEATH

Coyoacán, tabaco, música, ambiente fresco, las cosas no fueron tan mal.

El día fue realmente pesado al punto de lo horrible, casi nunca deseo tanto que acabe mi día laboral partiendo del hecho de que sería feliz si todo mi tiempo libre lo pudiese dedicar al trabajo.
La cura necesaria para ese tipo de casos es ir al cine por lo que iba caminando hacia la Cineteca.

Al llegar ahí, compré mi entrada y aún tenía algunos minutos que dispuse para fumar un cigarro. Estaba parada frente a las rejas del panteón y me pareció irónico como es que tememos tanto a la muerte, nos causa misterio y sí, es algo inevitable, pero día a día hacemos pequeñas cosas que van apresurando el orden natural de nuestro deceso. Pensaba en la diferencia de “tranquilidad” que podemos alcanzar en vida y a la que se puede llegar en la muerte pero, ¿no estamos ahora viviendo una especie de muerte que permite llegar a esa vida tan deseada?

Llegó la hora y tomé mi butaca, me acomodé lo mejor que pude con mi Coca Cherry en mano e intenté olvidar todo. La película que estaba a punto de comenzar se denominaba “Una banda llamada Death”. No tenía mayor expectativa ante la misma mas que sería un documental acerca de una banda de música pesada, como muchas otras.

Me ahorraré la descripción detallada de la película ya que el objetivo de esta entrada no es una crítica pero sí exaltaré ciertos puntos que llamaron toda mi atención, lo curioso de haber dado con este filme justo en este punto de mi vida y la serie de explicaciones e ideales que vino a corroborar. Pensándolo bien, el objetivo de este texto podría ser fungir como prólogo a lo sucesivo.
Nacemos, crecemos y morimos pero el proceso no es así de simple como suena en este enunciado. Cuando llegas a un punto de, digamos, “mayor conciencia” del entorno, te percatas que ese paso de crecer lleva implícito mucho.

Pienso que “crecer” es lo mismo que “vivir”. Internamente gozamos de muchas puertas cerradas (escuché esto de una gran músico), y detrás de cada una de ellas hay algo que nos conforma, puntos positivos y negativos, cosas por descubrir y para conocer los límites y alcances propios. Esa actividad de abrir todas las puertas es sumamente peligrosa y seguramente los miedos y el confort nos detienen a abrirlas. Si abriéramos todas esas puertas, ¿no lograríamos ser fuertes? ¿No estaríamos ya viviendo plenamente?

El líder de aquella banda tenía un nivel de conexión con Dios muy fuerte, tenía claro lo que quería y qué es lo que debía hacer, mismo hecho que llevó al declive a su agrupación, sin embargo siempre lo tuvo en firme hasta el día de su muerte. De aquí se deben tomar dos cosas. Uno, en esencia, el hombre requiere una base llamada “espiritualidad”, creer en algo o alguien, que explique lo inexplicable y sirva de guía. Dos, nuestros pensamientos, ideales, convicciones, son cuestiones que deben permanecer al pie del cañón frente a todo y todos, ellas realmente nos definen. Con el paso del tiempo, el encuentro con diversas personas, situaciones buenas y malas pueden intentar mover o cambiar lo que somos y es aquí donde se origina el verdadero “vivir”.

“Death”, un nombre demasiado pesado para aquellos años y sobre todo porque siempre las personas inicialmente se dejan llevar en base a los prejuicios, a lo cotidianamente establecido y, sin antes acercarse y saber de qué se trata, se cierran y rechazan todo aquello que se oponga a sus propias cadenas. Pero la muerte no es precisamente algo malo, oscuro, de rechazo, sino un nuevo inicio, una meta y no un fin.

Bello e interesante tema para iniciar un blog, ¿no?. Es simple. He visto mi vida en retrospectiva y encuentro en ella muchos puntos que me encantan y otros que vomitaría sobre ellos pero lo importante no es ahondar en lo que hice y no, lo que pudo haber sido, más bien en lo que puedo quitar, cambiar e iniciar. Todos anhelamos llegar a una gloriosa paz pero hacemos del proceso algo agotador y doloroso.
Hoy decidí intentar esos cambios. En ciertos aspectos yo misma me cierro a cambiar pero, quién sabe, en algún altibajo encuentre el impulso necesario y lleve los deseos a hechos. Hoy “muere” esa parte pasada y pesada.


Muero por vivir.